En el mundo del streaming y las plataformas digitales, la calidad del audio es tan importante como la del video. Para garantizar que los usuarios tengan una experiencia auditiva uniforme y profesional, se deben seguir ciertos estándares de loudness, siendo el más relevante el LUFS (Loudness Units Full Scale).
El concepto de normalización de sonoridad ha evolucionado considerablemente desde la introducción de la recomendación EBU R128 por la Unión Europea de Radiodifusión (EBU) en 2010. Este estándar surgió como respuesta a la problemática de la “guerra del volumen”, una tendencia en la industria del audio donde las producciones intentaban ser lo más ruidosas posible, en detrimento de la calidad de la experiencia auditiva.
La EBU R128 propuso un enfoque más equilibrado, fomentando un rango dinámico más amplio en la producción de audio. Este estándar no prohíbe la compresión del rango dinámico, sino que deja su uso a la discreción artística y estética de los creadores, en lugar de hacerlo una necesidad para aumentar el volumen percibido. Esto ayudó a reducir el incentivo de comprimir excesivamente el audio solo para lograr una mezcla más fuerte.
Con la adopción de EBU R128 por emisoras europeas y su integración en la legislación audiovisual desde 2012, muchas estaciones de televisión y radio comenzaron a normalizar el audio, reduciendo la necesidad de disminuir el rango dinámico simplemente para aumentar el volumen en la transmisión. Esto, combinado con la adopción del estándar ITU-R BS.1770 y la prevalencia del streaming en la década de 2010, contribuyó significativamente a mitigar la guerra del volumen, al menos en los medios distribuidos digitalmente.
Hoy en día, servicios de streaming como Spotify, YouTube, Apple Music y Tidal han implementado la normalización basada en la sonoridad, cada uno con sus propios métodos y niveles de objetivo.
LUFS es una métrica que mide el nivel de loudness percibido en relación con el máximo posible, considerando cómo el oído humano percibe diferentes frecuencias. A diferencia de medir solo los picos de volumen, LUFS ofrece una representación más precisa de la experiencia auditiva real. Esto es crucial para evitar variaciones de volumen molestas entre diferentes contenidos.
Sí, esencialmente. LUFS y LKFS (Loudness, K-weighted, relative to Full Scale) son términos intercambiables que se refieren a la misma métrica de loudness. LKFS es más común en la normativa americana, como el estándar ATSC A/85, mientras que LUFS se ha adoptado más ampliamente a nivel internacional y en la industria del streaming.
Cada plataforma tiene sus propias especificaciones para el nivel de loudness, lo que asegura una experiencia de usuario consistente:
- 14 LKFS: Para podcasts y redes sociales como YouTube, Instagram o Spotify.
- 16 LKFS: Para música en plataformas de streaming.
- 18 LKFS: Para radio en línea o anuncios publicitarios.
- 27 LKFS: Adecuado para plataformas de streaming bajo demanda (Netflix, Prime Video, Disney+).
Una parte crucial de la experiencia de usuario es cómo se manejan los niveles de audio entre contenido principal y anuncios, especialmente en situaciones donde hay anuncios mid-roll ya sea por el player o server side SSAI (anuncios insertados en medio del contenido). Es común que los usuarios experimenten molestia cuando el volumen de los anuncios es significativamente diferente al del contenido que están viendo. Esto puede causar que los usuarios ajusten constantemente el volumen, lo cual es una experiencia negativa.
Para evitar esto, es fundamental que los anuncios y el contenido mantengan el mismo nivel de loudness. Respetar el nivel de LUFS en toda la programación, incluyendo anuncios mid-roll, asegura una transición suave y no disruptiva para los usuarios, mejorando así la percepción del servicio de streaming.
Cuando se trabaja con mezclas multicanal, como en configuraciones 5.1 o 7.1, es crucial respetar la integridad de la mezcla original del ingeniero de sonido. Aplicar un ajuste de LUFS sin cuidado puede afectar la dinámica y el balance entre los diferentes canales. Por lo tanto, se debe utilizar un procesamiento lineal que aplique los ajustes de loudness de manera uniforme a todos los canales, preservando la intención artística y técnica de la mezcla original.
El ajuste de los niveles de LUFS es un paso crítico en la postproducción de audio. Para realizar este ajuste, herramientas como FFmpeg permiten automatizar el proceso de normalización. Aquí un ejemplo de cómo podrías ajustar un archivo de audio a -27 LUFS:
ffmpeg -i input_audio_file.mp3 -af "loudnorm=I=-27:LRA=7:TP=-2" -ar 44100 -b:a 320k output_audio_file.mp3
¿Por qué es importante mantener el mismo nivel de LUFS entre contenido y anuncios?
Mantener el mismo nivel de LUFS entre el contenido y los anuncios es crucial para evitar variaciones de volumen que puedan resultar molestas para los usuarios. Esto asegura una experiencia de visualización fluida y sin interrupciones.
¿Qué sucede si no se respetan los estándares de LUFS en plataformas de streaming?
No respetar los estándares de LUFS puede llevar a que el contenido sea rechazado por las plataformas, o peor aún, que los usuarios se sientan frustrados con la calidad del audio, lo que puede afectar negativamente la percepción del servicio.
¿Cómo puedo verificar que mi contenido cumple con los estándares de LUFS?
Existen herramientas como Youlean Loudness Meter que permiten medir y ajustar los niveles de LUFS en tiempo real, asegurando que tu contenido cumpla con los requisitos de las plataformas de streaming.
El audio es un componente invisible pero crucial en la experiencia del usuario. Un audio inconsistente puede ser una distracción significativa. Seguir los estándares de LUFS no solo mejora la calidad del contenido, sino que también asegura el cumplimiento de los requisitos técnicos de las principales plataformas de streaming.
Para aquellos interesados en medir y ajustar los niveles de LUFS en tiempo real, herramientas como Youlean Loudness Meter son recursos valiosos para asegurar que tu contenido cumpla con los estándares más altos.
Establece el nivel de LUFS adecuado para tu plataforma y asegúrate de aplicarlo consistentemente en cada archivo de audio que subas. Recuerda, una experiencia de usuario óptima comienza con un audio de calidad. La uniformidad en el sonido no solo cumple con los estándares técnicos, sino que también garantiza que tus usuarios disfruten del contenido sin distracciones. No subestimes el impacto de un buen manejo del loudness en la satisfacción y fidelización de tu audiencia.